El Gusto Y El Olfato
El gusto y el olfato son dos importantes sistemas de alarma del organismo: le permiten detectar sabores y olores desagradables, no benéficos para el cuerpo.
En la lengua hay unas 3.000 papilas gustativas que distinguen los 5 sabores esenciales: dulce, salado, amargo, ácido y umami. A cada uno de estos sabores les corresponde una parte de la lengua: los alimentos dulces se detectan con la punta, a cada uno de los costados y hacia atrás se perciben los salados, en la parte periférica se captan los ácidos, y hacia los costados de la garganta, los amargos.
El Gusto
La lengua es el órgano donde tiene lugar la percepción del gusto. De tono rosado y muy móvil por los músculos que la conforman, cumple con las funciones de desplazar la comida por el interior de la boca, percibir el sabor de las sustancias que se ingieren y ayudar en la pronunciación de las palabras.
El Olfato
El gusto y el olfato son complementarios. Por el sentido del olfato se detectan las sustancias gaseosas del aire. En la parte superior de la nariz hay unas terminaciones nerviosas capaces de apreciar los olores. Las fosas nasales se comunican con la faringe, el ojo y el oído a través de conductos y aberturas. Dos conductos de la parte posterior de la nariz la conectan con la faringe, los conductos lacrimales unen la nariz con los ojos, y las trompas de Eustaquio vinculan la nariz con el oído